sábado, abril 22, 2006

RATON DE BIBLIOTECA

He sido y ahora menos ratón d biblioteca. En algunos momentos de mi vida, los libros han sido los unicos amigos q he tenido. M he escapado al dolor a través d hojas impresas. Pero era una huida q m llevaba al mismo sitio, sin abordarlo. Pero poco a poco he aprendido q hay q luchar con los orígenes d tus dolores. También m esforcé en los estudios huyendo del frío y cruel mundo. Pero poco a poco he crecido lentamente. Y hay q dar la cara a los problemas, pues ellos t la dan. Y poco a poco m he fortalecido. Y creo q es fundamental la filosofía pa poder crecer.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. O mejor dicho, debería ser así... no es fácil. Lo fácil es aconsejar afrontar los problemas, pero cuando los ves tan cerca... no haces más que huir, consiguiendo únicamente pudrirlos y acrecentarlos.
Debería ser así, debería ser así, debería...

¡Un abrazo! Y feliz finde.

g. dijo...

¿Debería...? Mmmm, vale, sí. Debería.

criztina dijo...

yo devoraba libros.... los compraba todos, no utilizaba la biblioteca. He sido de "estar en casa" en mi habitación leyendo.

Ahora no tengo tiempo ni de leeros!!! Sólo leo en vacaciones..cuando viajo, es costumbre, no puedo evitar echar dos o tres libros...por si logro terminar uno no quedarme..."sola" sin ellos...aunque eso era antes, ahora hay viajes en los que me vuelvo sin ni siquiera abrir una página...

Mayte dijo...

Yo también lo he sido, es algo que nunca se deja de ser...solo encontramos nuevos caminos y más experiencias.

Un bikiño!

Francisca Westphal dijo...

Lo único que siempre me acompanha es un libro... fiel en cada momento y permite ser y escaparse de mundos paralelo... un abrazo y toda la razón...

Anónimo dijo...

Las bibliotecas, o mejor las librerías siempre me han parecido sitios muy acogedores. Y puede que todo venga de nacimiento, de mi fascinación por los libros. Vagamente me acuerdo de aquellos tiempos en los que los recuerdos vienen de historias contadas por otros, y mi madre siempre me cuenta que había una manera muy fácil de mantenerme tranquilo y sentado cuando era muy, muy pequeño. Simplemente tenía que poner un libro en mis manos, y yo lo hojeaba con interés y curiosidad, con una especie de fascinación. Fascinación que aún conservo.


Saludos escandinavos